domingo, 13 de diciembre de 2009

Cuento Ecuatoriano de los años 50

Es una ruptura con el realismo social. Los escritores tienen conflictos internos que afectan a su sensibilidad. Usan los mismo recursos de la lírica: se pierden los valores, se discute la praxis revolucionaria y se fragmenta la izquierda. Ya no es importante la historia, ahpra lo importante es percibir la crisis existencial del narrador y de los personajes. Se aborda una realidad técnica selectiva no acumulativa, pues importa ahondar en la crisis exitencial y no en la historia.


Tienen un elevado sentido estético: el uso del lenguaje, la tensión narrativa, la profundidad y un horizonte connotativo con miles de significados. Es una realidad difícil de captar y difícil de interpretar. El ambiente es complejo. El relato es antitético (no hay belleza), es fugaz, extravagante e insólito. La sociedad representada es despersonalizada, es una sociedad de masas donde el hombre se aisla y la conciencia se repliega por la amenza de la sociedad.

La ambientación es fluida, móvil, predomina lo instantáneo. Tienen una influencia de Edgar Allan Poe en cuanto a la pérdida de la línea cronológica y el final abierto. No hay moraleja, pues intenta jacer una reflexión de tinte existencial. El relato es coherente y lógico en contrapunto con la pérdida de la línea cronológica. Los cuentos tienen una unidad temática e intensidad. Conocido como el Realismo Psicológico.

El lector está obligado a la búsqueda de significados, por la tanto se convierte de lector pasivo a lector activo. Se incorpora el punto de vista del narrador, pues éste se abre totalmente, no está alejado de la historia. No existen héroes, todos son antihéroes o héroes degradados pues no alcanzan el éxito y viven en una sociedad compleja. El hombre es urbano, se da importancia a las voces de los niños, los personajes son desnudados y buceados en su realidad. Se incorpora el cuento fantástico.


  • Raúl Pérez Torres: Las vendas, Este Merino
  • Jorge Dávila: El Espejo Bizantino
  • Iván Éguez: El triple salto
  • Francisco Proaño Arandi: La doblez
  • Raúl Vallejo; Destellos en el mar
  • Javier Vásconez: La Carta Inconclusa
  • Hulo Ruales: Inconvenientes de la muerte cuando no se tiene palancas
  • Abdón Ubidia: La Piedad, El Tren Nocturno
  • Gabriela Alemán: El monstruo, Anatomía de una seducción
  • Lucrecia Maldonado: No es el amor quien muere
  • Leonardo Valencia: El ojo del cíclope.

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